La Escuela C.I.M.D.I.P. & Miguel Cané es pionera en la incorporación de robótica a su currícula y sumó actividades tecnológicas de la mano de Educabot. Sus 1500 alumnos participaron en talleres, colonia y ferias de ciencias; además, estudiantes destacados representaron a la Argentina en el Mundial de Robótica y en el Campeonato de Desarrollo de Videojuegos Latinoamericano.
En 2020 estaba planeado en Argentina que Programación y Robótica fueran materias de enseñanza obligatoria en todas las escuelas del país, como parte del Plan Nacional Integral de Educación Digital. La Escuela C.I.M.D.I.P. & Miguel Cané de Quilmes ya había comenzado con proyectos de tecnología en sus aulas y, a pesar del contexto de pandemia, logró consolidar un enfoque de innovación y cultura maker acompañada por la empresa de tecnología educativa Educabot. Con esa experiencia, en diciembre sus alumnos comenzaron a certificarse en programación y pensamiento computacional.
Desde 2019, el colegio incorporó clases de robótica y programación como contenido obligatorio para sus 1500 alumnos divididos en los tres niveles de enseñanza: inicial, primaria y secundaria. En principio se pudo trabajar de manera presencial bajo el formato Aula Maker de Educabot: un espacio con mobiliario especial donde los chicos exploran los kits de robótica, las placas, drones y demás herramientas a partir de una propuesta pedagógica personalizada.
“La incorporación de la enseñanza de robótica surgió de nuestra inquietud constante en innovar y buscar herramientas que sirvan para el futuro laboral y académico de nuestros alumnos. Contamos con un Aula Maker que es única en Zona Sur, equipada con una impresora 3D, una cortadora láser, drones, kits con sensores y actuadores y herramientas para automatizar tareas y programar”, cuenta María José Cimmino, una de las directoras de la escuela.
En 2020, tuvieron el desafío de mutar al formato virtual y esa experiencia anterior permitió que los chicos pudieran avanzar en proyectos complejos desde sus casas. “Ante el nuevo contexto, ofrecimos al colegio nuestra plataforma de programación a distancia que permite manejar los kits de robótica de manera remota. También diseñamos especialmente un simulador de drones muy intuitivo. Los chicos se adaptaron rápidamente, pudieron seguir aprendiendo y hasta creamos juntos un club de robótica en estos meses”, señala Matías Scovotti, CEO y cofundador del Educabot. “El C.I.M.D.I.P. es un ejemplo interesante de cómo las escuelas tienen la oportunidad de ser espacios de innovación no sólo pedagógica, sino de ser la semilla que permita a los alumnos ser protagonistas de la transformación de su entorno, a partir del uso, apropiación y reinvención de las tecnologías disponibles”, agrega.
A lo largo del año, los alumnos del nivel secundario trabajaron proyectos donde articularon la robótica con el resto de las materias y los presentaron en la Feria de Ciencias del colegio. El objetivo fue pensar soluciones tecnológicas para aplicar múltiples disciplinas, como ciencias naturales, matemáticas o ciencias sociales. Por ejemplo, desarrollaron videojuegos sobre alimentación saludable, crearon un riñón artificial con diseño 3D y diseñaron una “app pulsera” para activar frente a un acoso callejero.
El nivel alcanzado por los alumnos posibilitó que cuatro de ellos fueran seleccionados por Educabot para formar parte de la delegación que representó a la Argentina en el Mundial de Robótica 2020. La competencia está orientada a que participantes de entre 14 y 18 años de 150 países se involucren con la tecnología identificando problemas reales e ideando soluciones aplicables. El equipo argentino compitió en desafíos semanales y llegó a desarrollar un dispositivo automatizable de tareas cotidianas empleando herramientas de programación, animación y diseño 3D.
“Nuestra participación en el Mundial puede sonar poco creíble para quienes relacionan la robótica únicamente con las Escuelas Técnicas. Desde C.I.M.D.I.P. queremos mostrar que la robótica es para todos, somos una Escuela con orientación en Arte, Economía y Humanidades y nuestros alumnos desde sala de dos hasta sexto año del secundario han cursado robótica con resultados sorprendentes. En dos años los avances fueron notorios, los alumnos aprendieron a programar, lograron diseñar páginas web y crearon sus proyectos tecnológicos”, comenta Leticia Cimmino, otra de las directoras de la Escuela.
Otra de las experiencias internacionales del año fue Gamedev Py, el Campeonato Latinoamericano de Videojuegos de Paraguay, en el que participaron 50 alumnos de primaria y secundaria del C.I.M.D.I.P. y obtuvieron premios por desarrollos propios. Además, muchos de los alumnos de primaria y secundaria para quisieron continuar con las prácticas de robótica durante las vacaciones de invierno y se sumaron a la Colonia Tecnológica de Educabot.
Por último, a finales de 2020 y a raíz de las múltiples actividades que desarrollaron durante el año, el colegio comenzó a promover que los alumnos acrediten el conocimiento alcanzado rindiendo un examen para obtener la Certificación Educabot en programación y pensamiento computacional.
“El C.I.M.D.I.P. llevó adelante un proceso muy valioso y es importante que puedan certificarlo. La cultura maker es más que un taller, es una filosofía sobre la cual repensar nuestra forma de intervenir en el mundo y de comprender que los aprendizajes se materializan a través de la concreción de proyectos. Además, despertó una opción vocacional en muchos chicos del colegio que empezaron a manifestar querer seguir aprendiendo tecnología a nivel universitario”, concluye Scovotti.